RECARGA / NACHA NEWBALL

 Recargar es un concepto que aplica a “volver a cargar” o “aumentar la carga o el trabajo”, volver a cargar es dar energía a lo que ya no la tiene, aumentar el valor a una cuenta que está en cero, llenar algo que se considera vacío, por eso cuando se está   descargados sentir el suave contacto con los demás es un alivio.


Con el manejo frío  en las redes sociales de las relaciones se ha alejado de la orilla la importancia de la recarga emocional, esa que se recibe y produce una sensación que habita en el individuo como  un ser netamente social, es decir, ese que recibe  lo que al final aporta una caricia, un  beso o un abrazo y tiene a mano el contacto físico con un grupo de  personas cuando  se reúnen con un fin, en reuniones de carácter familiar o social, en eventos o simplemente en encuentros casuales. 


La distancia ha ido colonizando el espacio físico por el virtual y lo que antes era un punto de encuentro para ir a alguna parte hoy es simplemente un zoom, un meat o un live. Distancia que mata la sensación de la cercanía del amor, por tanto se ha perdido la esencia del contacto y el humano se ha ido adaptando a la facilidad de decir “te abrazo en la distancia” , hoy solo por experimentar quisiera que al ir leyendo, tomes un tiempo para dejar de hacerlo,  junta  tus brazos en forma de la letra X y toma con tus manos los hombros, aprieta tu cuerpo lo más que puedas, después de esto, retoma la lectura.


¿Qué sentiste?


Confieso que al hacerlo me sentí como se puede sentir un celular con la batería al 100%, como una botella llena, como un carro recién taqueado, algo así como un momento mío, en el que la calidez penetró en el alma y le causó una sensación entre alivio y tranquilidad, alegría y delicia, una sensación de querer que el tiempo se detenga, el suspiro que vino después me causó mucho alivio. Me sentí mía.


Eso me hace escribir que el abrazo en la distancia no se vale, no se disfruta, porque parecería una tontería decirlo, es algo que se dice y no se siente, entonces se convierte en inexistente. Particularmente no cambio el contacto físico, el detalle del regalar el tiempo o el bello momento de un encuentro.

Hacen falta los cafés charlados, las carcajadas siniestras que hacen pasar la pena, la grandeza de la expresión del cariño y la emoción del momento, hace falta dejar a un lado el equipo pequeño que nos acompaña hasta al baño y valorar nuestra esencia, tener conciencia, pensar y actuar, hace falta migrar hacia ser humanos y comportarnos como hermanos.


Regalo mis abrazos son gratis y dejan en ti y en mi un instante grato. 


¿Te animas a regalar los tuyos?


¡Para alguien ellos serán recargas!






Comentarios

Hore dijo…
Gracias por compartir este mensaje.
De nosotros depende que no quedemos 100% virtualuzados.
Buscar la conexión humana, cálida, de piel a piel, mirada a mirada, del contacto humano.

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