EL BUEN NOMBRE / NACHA NEWBALL

 


¿Tienes buen nombre?  La pregunta la hago abierta y casi que sin saber cual va a ser la respuesta, que imagino y presiento, va a ser ¡Claro!

¿Qué es tener buen nombre? Podría pensarse que tener buen nombre se refiere a tener un buen antecedente, ser integro, ir en la línea de ser una buena persona, sin que tengas en tus actuaciones envidias ni hipocresía, que tus valores se manejen de manera equilibrada frente al respeto, a la honestidad, compromiso, tolerancia, responsabilidad, confianza, humildad, entre otros.

Ante esta lista, mi pregunta es ¿Qué tan cercana es tu respuesta a tener todos los anteriores valores?  Al poner la mano en el pecho, quizá, como yo, has puesto algunos en duda y de alguna forma como personas tenemos debilidades y momentos en los que somos laxos y nos vamos al extremo en que caemos en el punto de vulnerar nuestros valores para actuar como lo que somos, seres imperfectos. La perfección definitivamente está en una cuerda floja en la que caer a veces no es un hecho accidental, es un hecho que se convierte en una lucha interna por nuestras frustraciones, dudas, miedos e impulsos sociales que nos ponen en el punto de lanza hacia caminos que creemos son correctos y resultan inciertos.

El buen nombre, lo puede asignar la sociedad y hay personas que lo ostentan mientras los miremos de lejos, al escrutarlos podemos llegar a la conclusión que no aguantan una pequeña revisión de sus actuaciones o su vida, más es el querer tener una postura de “buen nombre” que saber que se cumple con los criterios que la sociedad se ha normalizado para ser catalogado como tal.

Particularmente, cuando alguien se ufana de un galardón bien ganado de tener un “buen nombre” me pica la curiosidad para saber exactamente cual es el punto en que pierde el equilibrio, de esto tan bueno no dan tanto.

Hay sucesos que nos ponen a pensar en este tema como el caso de hermanos que tienen el mismo nombre y apellido,  uno está  envuelto en un gran escandalo nacional, obviamente esto   afecta al otro hermano,  al desatarse el  polvorín mediático que trae consigo el morbo nacional de un tema que no deja títere con cabeza. Aquí hasta los hermanos toman una distancia cuando son  llamados el "bueno" y el "malo"  como si con esto dejaran de ser hermanos. 

Así somos, una sociedad que le pone un puntaje a cada persona de acuerdo a lo que piensa, a lo que presume, a lo que pondera y a lo que asume, sin buscar más allá que la calificación o descalificación de personas agrupadas entre las buenas y las malas, en corruptas o  no corruptas, como si a la final unas tuvieran más valor que otras sin pensar que a veces las ubicadas en el grupo de las “buenas” tienen mas de "malas" que las que así han sido señaladas. 

Es la sociedad y la cultura de nuestros pueblos que nos ponen en esta selección que a veces, suele ser adversa. 


Vuelvo a indagar  ¿Consideras que tienes buen nombre?




Comentarios

Enith V. dijo…
El "buen nombre" es una construcción personal que recibe gratuitamente el aval de la sociedad. Lo construímos de manera inconsciente con nuestras acciones y omisiones visibles a los demás. Pudiera ser que muchísimas veces ese "aval" a nuestro "buen nombre" coincida o no con la realidad. Pero mientras no se demuestre lo contrario siempre tendremos derecho a nuestro buen nombre, y pienso que la base de su concepción está en el obrar siempre de buena fe, con integridad y honestidad sin causar perjuicio a otros de manera directa o indirecta, en cualquier aspecto de la vida publica y privada. Obviamente, habrá quienes juzguen nuestro buen nombre influenciados por sus creencias, vivencias, educación y experiencias propias. Independiente de eso, el "buen nombre" es un derecho que todos tenemos e individualmente y a conciencia sabremos si nosotros mismos lo hemos violentado.
Qué si tengo un buen nombre? Objetiva y subjetivamente Sí.
Giovanna dijo…
Buenos días Nacha, gracias por compartir. Un fuerte abrazo.
Shirleycogollopertuz@gmail.com dijo…
Excelente texto, para que pensemos en cómo nos construimos.
Poeta dijo…
Gracias, por compartirlo. El buen nombre habla de nuestras buenas acciones(es un capital importante en el largo camino de la vida).Es un error pensar que el buen nombre está ligado al status social.Personalmente, me quedo sin el párrafo político de "blanco es y con sal se come".
Gracias por tus reflexiones, y compartirlas, apreciada Nacha.
Nelly Viana dijo…
Un tema complicado porque siempre dependeremos de la opinión de los demás y eso tiene qye ver más con el otro que con nosotros mismos. Depende de quién o quiénes son los otros. Debería bastarnos nuestro propio criterio crudo y honesto, pero sé que no siempre se puede y la opinión de los otros puede o no destruir vidas.

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