SE OYE UN RUMOR / NACHA NEWBALL
Sería necesario
imponer esta regla: no repetir jamás una afirmación malévola sin verificar su
contenido. Aunque es cierto que así nunca se hablaría de nada. André Mauris(1885-1967)Novelista y ensayista francés.
Las voces
de la sociedad vuelan con la prisa que lleva el viento de quien las propicia y
son utilizadas unas veces para esparcir información que de primera mano
queremos se divulgue para bien o para mal, información que lleva a cuesta voces
que andan sueltas revoloteando por doquier. Se oye un rumor, se dice qué… en
silencio, a través del chat de WhatsApp o de viva voz, son termitas temerarias
que consumen el prestigio o la buena imagen de una persona comiendo cada cosa
bien hecha y de cuyo afectado toman posesión de su alma hasta agotarla.
El rumor,
es eso que presumimos es cierto, eso que se dice sin evidencia o sin respaldo y
que se hace agregando con el peso de lo que sentimos o sumamos a lo que ha
llegado a nuestros oídos, sin pensarlo ni lo validamos, lo repetimos y solo agregamos.
El murmullo conquista, de boca en boca va la vida y los relatos que se hacen de
manera “precisa” ostentando la frase sin igual “puedo jurar que eso es verdad,
es cierto” como si hubieran sido testigos dando un parte de tranquilidad a
quien lo sigue esparciendo como polen al viento.
Así anda
la humanidad.
Se propicia
la habladuría en los pasillos, se hacen
mensajes de difusión, memes y twitter
hasta se utiliza el martillo social para golpear con disimulo las alas
que las personas han construido y las voces persiguen a sus protagonistas, los
atormentan hasta lograr que el látigo de la humillación, la culpa y el castigo
los toque. Son murmullos que no nacen inocentes, como niños, nacen dispuestos
al daño moral y tal vez llegan al físico y andan como mariposas amarillas que
aletean el andar de quien se habla no de quien lo genera, aunque se pretenda de
alguna forma ignorar la cruel y vaga crítica, señalamiento o presunción.
Voces y
voces
Murmullos
de ciudad
Ampliados
en un bafle
Que aporta
solo
Ecos de
envidias
Reacciones
contundentes a frustradas sonrisas
De muertes
en vida
Y
Vidas
alegres.
¿Quién es
quién para murmurar de amores o dolores?
¿Quién es
quién para juzgar actuaciones?
¿Quién es
quién para tomar atribuciones de cortar alas para evitar ver volar los
corazones?
Murmullos,
simplemente murmullos...
El rumor anda
libre, matando a quien actúa en la película como actor principal, golpeándolo y
matándolo sin contemplación a veces sin evidencia. ¡Como daña!
Los
murmullos solo se paran cuando usamos como herramienta poderosa la lealtad que
nos une a los amigos, la familia y la sociedad, cuando el chisme no nos
entretiene sino que lo tomamos en serio a tal punto de no esparcirlo.
El rumor
va y viene, se propicia en un mundo en que la lengua destruye y la lealtad
huye.
Para reflexionar hoy les dejo esta Frase anónima que dice:
“La verdad se difunde a paso de tortuga, el rumor se esparce con la velocidad de una
liebre.” (Anónimo)
Frente a
esta publicación cuéntame ¿Cuál es tu posición frente al rumor?
Comentarios
Por lo tanto vale recordar que cuando hablo de otros, hablo más de mi que de los otros. Creo que si tomamos como referente esta verdad, estamos dando un paso en la dirección correcta, solo haremos comentarios edificantes.
Muy bien Nacha. Felicitaciones 👏
Me encanta leer tu blog.
Interesante tema Nacha.
Bendiciones 😘🙏
Al fin y al cabo RUMORES.
Acostumbrándonos a tomar la información con mesura, analizándola y
Dejándole siempre el espacio de la duda... sobre todo cuando esa i formación nos sacude.
Para completar mí opinión sobre el tema comparto esta reflexión
"CUANDO VENGAN CON CHISMES, PONGAMOS EN PRÁCTICA LA PRUEBA DE SÓCRATES."
En la antigua Grecia, Sócrates tenía una gran reputación de sabiduría. Un día vino alguien a encontrarse con el gran filósofo y le dijo:
– ¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?
– Un momento, respondió Sócrates. Antes que me lo cuentes, me gustaría hacerte la prueba de los tres tamices.
– ¿Los tres tamices?
– Sí, continuó Sócrates. Antes de contar cualquier cosa sobre los otros, es bueno tomar el tiempo de filtrar lo que se quiere decir.
Lo llamo prueba de los tres tamices. El primer tamiz es la verdad. ¿Has comprobado si lo que me vas a decir es verdad?
– No, sólo lo escuché.
– Muy bien. Así que no sabes si es verdad. Continuamos con el segundo tamiz, el de la bondad. Lo que quieres decirme sobre mi amigo, ¿es algo bueno? Pregunto Sócrates.
– ¡Ah, no! Por el contrario.
– Entonces, cuestionó Sócrates. Quieres contarme cosas malas acerca de él y ni siquiera estás seguro que sean verdaderas.
Tal vez aún puedes pasar la prueba del tercer tamiz, el de la utilidad. ¿Es útil que yo sepa lo que me vas a decir de este amigo?
– No.
– Entonces, concluyó Sócrates. Lo que ibas a contarme no es ni cierto, ni bueno, ni útil. ¿Por qué querías decírmelo?
"Mejoremos para bien nuestra vida individual y la sociedad cambiará también."
Sócrates!!!🤘❤️