LA VENTOLERA /NACHA NEWBALL

 

En estos días de diciembre, huele a la emoción infantil de la navidad, los regalos y la lluvia a cántaros en los corazones es de gotas grandes de alegría,  sobrevivimos a la nostalgia de las sillas vacías o de los tiempos en los que, disfrutábamos al máximo con familiares y amigos, nos hace pensar que este mes es el niño más travieso del año. Hace unos días estando en fila para hacer un pago, escucho una canción que dice algo asi como “ Bomba de las navidades, pa que gocen bomba en las navidades ay na ma”… todos en la fila estamos centrados en nuestros propios pensamientos, de la nada, una mujer de mediana edad se acerca a la fila bailando esta canción, dirigiéndose a mi, que la veo con cierto asombro, dice:

 

-        Te imaginas, uno con un bafle a todo volumen en la terraza de la casa, toda la familia reunida bailando esta canción ¿Lo imaginas?  Huele a diciembre, a ese momento en que la brisa fría no quita la calidez del momento, de ese cariño que hace parte del rocío de la noche en que esperamos la llegada del niño Dios y en la que sentimos que la alegría vive en nuestro corazón, huele a cariño,  amor, felicidad, ¡mira las luces!

 

El brillo de sus ojos sobresalen de sus gafas medicadas, en extremo grandes, se hace acompañar de una caja de harina para hacer buñuelos y una coca cola en la mano, su sonrisa lo vale todo,  me hizo sentir una emoción grande al verla bailar.

 

Al llegar mi turno, ella pega un grito y de la nada  sale corriendo.

 

-        ¡Se me quedan las velas!

 

La cajera y yo nos reímos de lo que acaba de pasar.


En el camino a casa, pienso que de esto se trata la actitud que tenemos que formar en nuestro interior para sobrevivir en el mundo que rompe el confort a diario, lejos de la nostalgia con que salí, regresé con una energía tal que busqué en YouTube una canción que suena para estas fechas, bailé hasta cansarme.

 

Eso, no  hace olvidar a quienes han partido, o las enfermedades que aquejan a los familiares cercanos ni los problemas que nos ponen contra la pared, al contrario, eso le da vida a los años que se acumulan en los calendarios, se han tornado grises cuando nos enfocamos erradamente en estar dentro de una cueva, para flagelarnos con un aura de “pobrecita yo que tengo tanto dolor y sufrimiento” ,alabando cada pena y olvidando por un momento que la alegría es gratis y opcional, la sonrisa es el alivio con el que suspira el alma y la felicidad es el regalo paradójicamente, mas barato y valioso,  que cada persona se puede regalar.

 

Hay días de días, momentos de momentos, todos los pasamos, la diferencia es la actitud que tomamos en cada paso que damos, ella lo hace maravillosamente propositivo cuando se piensa en … las campanas que suenan cada día.

 

Hay personas que reparten de regalo un poco de felicidad, otras que la cultivan en el corazón y la dejan florecer en la tierra fértil de su ser.

 

Bendito sea  diciembre. 

Él “Llegó con su ventolera y la brisa esta que llena el mundo de placer, con la navidad la alegría del mundo florece y en tu corazón, la tristeza desaparece”

 

Disfruta, es diciembre, es la vida, ¡es tiempo de ser feliz!

 

!Aquí vamos, en la ventolera de la felicidad!




 

 

 

Comentarios

John Martín dijo…
Excelente Nacha 🙏👍🎄
Aura dijo…
Amiga,tu reflexión me despertó el " controsenso" de 27 navidades fuera de Colombia...no puedo no dar un regalito,casi como di fuera para mi...este añi llene mi jardín de luces y mi ventana con arreglos como en Colombia! LUCES,esto quiero en estas navidades frías acá ( por el clima),y calentandome solo con el " calor" de los recuerdos de las navidades en mi Corozal!
Gracias por tu Blog!
Feliz Navidad a todos!!!
Aura

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