MI LLAVE DEL CANDADO / NACHA NEWBALL

 

 

 

 

Las puertas están cerradas, para entrar o para salir, da miedo cuando se han tocado por horas y de todas formas, no sólo  en el sentido literal, también se ha tratado de tocar a través de llamadas y mensajes, la tecnología lo permite y se topa con las respuestas menos esperadas, no solo porque no son lo que has previsto sino también  porque las personas que no  abren tienen un lugar en el  corazón de quien toca, ahí donde se aprecia. 

 

Las puertas permanecen cerradas, ahí afuera o adentro, el pánico por avanzar se siente en el interior y la máscara va formándose como una coraza que permite sonreír mientras por dentro se produce una sensación  de panorama devastador. Tsunami de emociones.  

 

Sí, sucede. 

 

Sucede porque la vida se torna de color oscuro sobre todo cuando se  depende de un debido proceso, de una denuncia o de un complot en contra de alguien en el que indirectamente se resulta lesionado y culpado sin tener que ver con lo sucedido. Así la vida  pone contra la pared, y la inocencia que está a flor de piel, contrasta con la sensación de respirar  en silencio  percibiendo el escrutinio de quiénes te rodean que al murmurar las personas  alrededor  actúan  como las termitas, acaban con la estructura de su objetivo y  malignamente sin que se  pueda percibir, cuando se vuelve a ver ... se siente  como en puntos suspensivos, en una especie de shock. 

 

Las puertas cerradas para abrir y cerrar solo tienen una llave, una que abre o cierra,  de acuerdo solo a la voluntad  aguerrida, esa que construye el carácter para tomar  decisiones de avanzar aunque las puertas insistan en estar cerradas. 

 

En ese lugar individual donde se  llora en silencio por horas, en que se desgasta,  hay desvelos y se sueña con un pasado que ha pasado y para el cual no hay borrador  y del que se viene al mundo actual para   abrir los ojos nuevamente  cayendo un poco o estrepitosamente en la gran  incertidumbre.  

 

Se mira y lo único  que tienes en el lugar  oscuro es una llave y   conservar esa llave es importante, esa llave única y real ella vive en tu interior y sirve para que se  abra o cierre el camino. 

 

La llave está  en las manos, el único camino es  aprender a usarla y la vida que pone en ese punto   indica que se  debe usar  derribando la muralla construida de miedo, temor y pánico.  Esto solo se hace formando y tomando la decisión de avanzar por cuenta propia, sin quiénes  detienen,  cortan alas o son mercenarios silenciosos de nuestros sueños. 

 

Habiendo pasado por desiertos similares, me uno a quiénes  tienen un dolor profundo  y han sido violentados de alguna forma por esta "maravillosa" sociedad que primero juzga, señala y aparta para tener parias propios a quiénes apedrear y castigar. 

 

Bendigo a quiénes  han cerrado sus puertas   no solo porque han hecho de mi una nueva persona sino también porque me han obligado ha   encontrado una fuerza interior que no soñaba tener... una capacidad para resurgir y una voluntad infranqueable de no dejar que nada ni nadie detenga mis sueños. En la nada se encuentra todo... mi frase preferida me ha dado aliento para dar pasos, dejar de ser una cuadripléjica con la mente intacta a dar pasos firmes que me llevan a donde Dios me quiere llevar. 

 

En este punto, mi gratitud y mi férreo deseo de seguir dando pasos para lograr ser lo que debo ser.  Sin un rótulo y sin un estigma. 

 

Jeremías 17:5

 

5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.

 

Sin más. 

 

Nacha Newball Jiménez

MI LLAVE DEL CANDADO